La definición de liderazgo establece que es un conjunto de habilidades que tiene una persona para guiar a otras e influenciarlas para que trabajen con entusiasmo y logren de este modo sus objetivos. Un buen líder para una empresa debe ser un profesional que esté constantemente creciendo, perfeccionándose, formándose, alguien proactivo y sobre todo alguien absolutamente adaptable y capaz de realizar sin problemas trabajo en equipo.
Debe ser comunicativo, honesto, estratega, disciplinado, creativo, con capacidad de tomar decisiones, debe poder actuar bajo presión, poder y saber negociar, entre otras características. Claro está que es algo complicado que alguien cumpla con todas esas exigencias, pero éstas por lo menos te proporcionan un perfil.
TIPOS DE LIDERAZGO
Entre otros tipos de liderazgo, lo que pensamos que puede ser mejor es un líder natural convertido en un líder formal, porque esa persona ya tiene las habilidades y ya ha tratado a la gente, pero no tiene el poder dentro de la organización.
SER UN BUEN LÍDER
Se supone que un buen líder no es un amigo, sino un guía. Es alguien que quiere que crezcas y te superes profesionalmente y que en ese camino aportes mejoras para la organización que integras. Un buen líder querrá que des el 100% de tu potencial para que tú mismo compruebes cuáles son tus capacidades y para que la empresa vea la clase de trabajador que eres ¡Incluso esto puede costarte un ascenso!
Alguien que merezca el título de líder conoce las actitudes y características buenas y malas de sus colaboradores y va a motivar hasta el cansancio a su gente para que sean siempre los mejores.
El tipo de persona que te aconsejamos que busques para liderar tu organización es el tipo natural, combinado con el empresarial, porque ya tiene las habilidades necesarias y al mismo tiempo no descuida los objetivos económicos, financieros y sociales de la empresa.
Fuente: Gestion.org
liderazgo y motivación
En la actualidad, uno de los principales asuntos abordados en las organizaciones es el liderazgo y la motivación que los líderes pueden generar en sus equipos, como una energía adicional que ayudará a las personas y a las empresas, como complemento de la parte económica y de beneficios.
No basta con tener una gerencia de Recursos Humanos abierta y con excelentes planes de carrera y buenas remuneraciones. Se necesita un líder que haga que la gente se sienta motivada y comprometida, cercano a su grupo de trabajo, que hable su mismo idioma, que pueda interactuar en varios niveles de la organización, que sea respetado y escuchado.
En las empresas con las que hemos trabajado en los últimos años, generalmente encontramos que los empleados cuentan que sus líderes se muestran muchas veces abiertos, pero esto no significa que les escuchen, y mucho menos que resuelvan sus inquietudes. Suelen parecer más preocupados por los resultados que espera la compañía que por lo que necesita la gente para producir esos resultados.
Ese tiempo básico que deben tomarse para escuchar, alentar y motivar a su gente viene dándose muy poco por la rutina vertiginosa de la vida diaria. El cansancio, el estrés y la falta de comunicación van por una vereda, y la motivación y el liderazgo van por otra. La gente que se encuentra bien liderada y motivada, estará muy entusiasmada y comprometida. Incluso en casos en los que algunos empleados, no del todo conformes con su remuneración, hablaban de los valores de la organización y su equipo. Al contrario que en otros supuestos de trabajadores bien pagados pero que viven en un ambiente hostil, de poca contención y preocupación por ellos mismos.
¿Qué características deben tener los líderes de hoy? Escucha, respeto y comprensión por el otro, un lado humano y afectuoso, compresión por los problemas del otro –incluyendo los que tienen que ver con su vida personal-, entender a las otras generaciones y su propio idioma, poder crear un ambiente adecuado en el que reine el buen trato y los buenos modos al actuar y comunicarse. También es muy importante guiar a las personas que trabajan con nosotros a lograr un buen equilibrio entre la vida personal y la vida laboral. No hay que pensar que todos pueden hacerlo naturalmente y entender si la situación les desborda en algún momento.
En el caso de que las personas de su equipo sean mayores, deben respetarlas y aprender de su experiencia. En el caso de los jóvenes que entran en una empresa hoy, muchas veces pasan años hasta que definen cuál es su lugar, y tener un soporte, un guía que los acompañe en ese camino, será lo mejor que les pueda pasar; impactará muy positivamente en ellos y en el resultado de sus objetivos.
El liderazgo comienza justo cuando un gerente se preocupa por cada uno de los integrantes de su equipo, más que por él mismo. Como consecuencia de ello, la gente les reconocerá y se comprometerá más allá de las condiciones preestablecidas por la empresa. Si las organizaciones forman líderes, lo ideal sería poner especial énfasis en formarlos con alta capacidad de escucha y de contención amorosa, y se asegurarán los mejores resultados.
Fuente: RRHHpress
“Haga de cada fracaso un peldaño de la escalera que le llevará al éxito”. Es una frase pronunciada por John C. Maxwell, escritor, orador y coach especializado en el liderazgo. Pensemos por un momento en todas las situaciones negativas que nos pueden pasar en la vida. La pérdida de un ser querido, el diagnóstico de una enfermedad grave, una ruptura sentimental, perder un trabajo, etc. Son situaciones verdaderamente difíciles, que marcan nuestras vidas y que en ningún momento podemos prever. Sin embargo y a pesar de las circunstancias, como todo en la vida, tienen un lado positivo.
Si cada vez que en nuestra vida nos encontrásemos una situación parecida, no supiéramos ver el lado positivo y salir de ella, sería imposible continuar adelante para afrontar nuevas situaciones y no solo eso, las personas que están en nuestro entorno también se verían afectadas y el mundo se nos caería encima. A pesar de ello, como somos seres sociables y nos apoyamos mutuamente, somos capaces de superar todo obstáculo que se interponga en nuestro camino. Pero para ello necesitamos motivación.
El diccionario de Real Academia Española de la Lengua define el término motivar como “influir en el ánimo de alguien para que proceda de un determinado modo”. Pero la motivación por sí sola no funciona, debe ir de la mano de su compañero de viaje, el optimismo. Es muy importante saber gestionar ambos aspectos ya que si alguno de los dos falla, el otro tampoco se sostiene. Y esto mismo se puede trasladar al ámbito de las empresas.
Cualquier directivo en una empresa tiene que ser capaz de gestionar, no solamente un equipo de personas, sino las circunstancias que rodean al equipo, y transmitir motivación y optimismo. Siempre habrá tareas que no gusten a todo el mundo, o proyectos que sean muy repetitivos que hasta a él mismo no le agraden. Pero en todo momento debe ser capaz de gestionar y transmitir optimismo y motivación. Aunque a veces lo más fácil es cerrarse en el despacho, dar órdenes, realizar seguimientos, echar broncas y salir puntual para no dedicar un minuto de más a la empresa. Pero entonces esa persona no es un líder, sino que se convierte en un jefe tradicional. Y convertirse en jefe genera desconfianza, desmotivación y falta de compromiso en el resto de integrantes del equipo.
En la situación opuesta, cuando tanto motivación como optimismo están presentes, junto con una buena planificación estratégica, las cosas funcionan mejor. Todo el personal de la empresa acude a su trabajo cada día con ganas de aportar lo mejor de si mismo. Además, simplemente marcando unas directrices generales a partir de las cuales se alcancen los objetivos, todos ellos se pueden lograr. Para llevar a cabo un seguimiento efectivo, únicamente bastará con establecer reuniones periódicas, en la que los miembros del equipo muestren su progreso y en el caso de que algo no funcione, los demás miembros aportarán ideas de mejora y el director podrá redistribuir el trabajo para que todas las tareas vayan al día. A sí mismo, las decisiones tomadas por el líder serán fruto del consenso de todos los participantes de la reunión, por lo que se tomarán como propias y se generará un entorno de compromiso y responsabilidad.
En el caso de que alguno de los miembros del equipo no adquiera el compromiso general, no podrá ser partícipe del proyecto y por lo tanto no se integrará adecuadamente en el funcionamiento del equipo. Si se produce esta situación, el líder deberá escuchar los argumentos de la persona y tratar de persuadirle, siempre desde una perspectiva de comprensión y actitud positiva, para encauzar la situación. Si no lo consigue y la persona no se integra adecuadamente en el equipo, no podrá participar en el proyecto común.
Otra circunstancia posible puede ser el fracaso del proyecto, en cuyo caso, el director deberá reunirse con todos los miembros del equipo para analizar el porqué del fracaso. Esta circunstancia servirá como lección para futuros proyectos, siempre evaluando los errores cometidos desde una perspectiva positiva y manteniendo ese espíritu de motivación hacia los demás.
En conclusión, como todo en la vida, una decisión puede ser errónea, una planificación puede estar mal hecha y un proyecto puede fracasar, pero siempre se puede sacar algo de lo que aprender. Para conseguir un objetivo o alcanzar una meta, con optimismo y motivación se podrá alcanzar sin problema ninguno, y la satisfacción general del grupo será un aspecto que fortalecerá y cohesionará al equipo de trabajo, de tal forma que todos: empresa, directivos, empleados y clientes, saldrán beneficiados.
Fuente:Blogs.deusto
¿Qué es el liderazgo efectivo?
El liderazgo efectivo es simplemente aquél que logra resultados. Aquél que se ve y no del cual se habla.
Un líder efectivo, pone por encima de su deseo por obtener reconocimiento, la necesidad de triunfar y alcanzar el éxito tanto para sí mismo, como para los demás.
No es posible ser un líder efectivo sin querer buscar el bien del grupo antes que el bien propio. Los “líderes” que piensan en su propio bienestar, son líderes por imposición y no por mérito.
En la vida, los líderes los encontramos en todas partes, en los hogares, en las escuelas, en los deportes, en los ejércitos… etc.
Es importante destacar que un líder no es más que una persona que sabe tomar el control de una situación para convertirla en algo mucho mejor.
Y dicho control, puede incluir dirigir o motivar a otras personas para que actúen y también mejoren su posición actual. Por ejemplo, la labor de un líder militar en una guerra, puede ser tomar decisiones con base en sus tácticas y conocimientos para evitar la muerte y buscar conquistar al enemigo.
Es claro que el liderazgo supone una gran responsabilidad, con lo anterior no podría ser menos cierto, pues obedecer una orden errada por parte de un líder inepto, puede simplemente quitarle la vida a muchos.
Y sin embargo, en el mundo empresarial, a pesar de que podríamos no perder la vida, podríamos perder oportunidades de crecimiento, bienestar, calidad de vida y felicidad.
Es por esto, que cuando analizamos a las personas, nos damos cuenta que existen sólo dos tipos: Los líderes y los seguidores.
Y si quieres ser verdaderamente feliz, crear tu vida y tomar el control sobre las situaciones que ocurren para llegar a la plenitud, deberás ser un líder efectivo.
Deberás buscar el mejoramiento a cada instante y deberás poder tomar buenas decisiones rápidamente (no decisiones a la ligera, sino cosas bien pensadas).
Esto es algo complejo de lograr, pero en ocasiones la vida simplemente lo requiere, lo queramos o no. Y la cuestión es que finalmente los seguidores, por lo regular viven una vida más normal y promedio, que los líderes que deciden aventurarse hacia el éxito.
Incluso, ser un líder efectivo implica liderarse a sí mismo. Quizás la tarea más compleja de todo líder, sea la de tomar control de sus propias acciones.
Fuente: Sebascelis
Autor: Juan Sebastián Celis Maya
Sobre teorías de liderazgo es numerosa la literatura de lectura rápida, de recetas a la medida, que se han editado y que abarrotando reposan en las librerías, seguramente en nuestra localidad nos encontramos con estos libros en mención, que son el reflejo de una sociedad que busca respuesta a su cansancio. Existe una gran aceptación de este campo de doctrinas, algunas son tan tentadoras y otras tan penetrante que han cambiado la vida a más de una persona.
En este breve artículo cabe hablar de dos tipos de estos liderazgos que son los más notorios para mí, o por lo menos los más importantes para lograr entender las teorías del liderazgo modernas, ellos son el liderazgo que he llamado Nietzscheano y que paso a describir y el liderazgo transformacional que también pasamos a explicar.
Liderazgo
Nietzsche, el filósofo alemán de finales del siglo XIX que profetizaba la muerte de Dios, nos dejó muchas enseñanzas, a los que hoy estamos en una posición de liderazgo y por tal índole de poder, ya se trate en el campo político, social, familiar o empresarial este último tópico los analizaremos aquí.
Los nuevos enfoques de este siglo de la trama nietzscheana, del liderazgo del martillo, está cobrando salud y vigor entre sus apologistas, el filósofo que sentenciaba que muerto Dios, pues no hay poder superior, entonces dios puedo ser yo, es lo que da nacimiento a lo que el escritor nihilista llamó übermensch, es decir el superhombre que para el autor en cuestión se trata de una persona capaz de generar su propio sistema de valores identificando como bueno todo lo que procede de su genuina voluntad de poder, un poder que lo importante es ejercerlo.
Los valores de este poder Nietzscheano, los más intrínsecos deben ser los del nihilismo, del nihil –la nada- es decir los valores de la negación de toda creencia en lo trascendente y de la objetividad, es una ontología débil, un pensamiento débil, una ética que podemos decir que es amoral porque su perspectiva de cierto modo son relativista, y valora especialmente la multiculturalidad y el pluridiscurso moral.
En la actualidad pululan los líderes que tienen como praxis dogmática la nietzschemania, esta forma de liderar se basa en la voluntad de poder, donde lo importante como lo sentenciaba el filósofo no es la felicidad, sino en hacer la obra, que consiste en el acrecentamiento de poder, hay muchos lideras que le gusta el poder, el dominar a otros.
Los líderes que imponen su voluntad sobre los otros para alcanzar sus propios fines ya se traten del más elevado altruismo o del más manifiesto egoísmo, los übermensch –superhombres- rechazan la moral del esclavo, es decir los valores que a juicio de Nietzsche son decadentes como la de sumisión, el sometimiento, la mansedumbre, conformismo, la docilidad, la pobreza de espíritu, el servilismo, el ascetismo, en su lugar optan por la moral que le va a facilitar el espíritu de dominio.
Según Nietzsche, lo elevado del hombre son los instintos, la vitalidad, la fuerza, el vigor, la energía, el mandato, también lo dionisiaco, el dios Dionisio, es decir el de las fiestas precedidas por el exceso, la embriaguez, la música, la danza y la pasión, el desenfreno, este era el dios de la vida para el autor.
Es interesante analizar aquí la consideración que Nietzsche hace acerca de la moral del esclavo,- este esclavo, en lenguaje empresarial seria el seguidor de algún líder-, el esclavo tiene la voluntad del débil mientras que el übermensch el superhombre –en este caso el líder- es el que internaliza la voluntad de poder, el übermensch es donde la especie se transmuta a una nueva clase de hombre más elevado.
Tenemos que Nietzsche piensa como en una particular especie de luchas de clase, entre el débil y el fuerte, Nietzsche busca el salto evolutivo darwinista donde denuncia que los esclavos deben revertir su condición si no quiere ser abusado, debe pasar de la vida del ‘tú debes’ al ‘yo quiero’.
Ya hemos hablado brevemente sobre el liderazgo nietzscheano, pues es el basado en la fuerza y el aumento del poder, podemos derivar que esto no es lo que necesita la organización, lo que requieren es de un liderazgo transformacional.
Durante las dos últimas décadas se ha producido una urgencia de una nueva teoría del liderazgo conocida como el liderazgo “transformacional”. Un líder transformacional no sólo formula y articula una visión, él / ella no nada más delega responsabilidad sino que asigna tareas para el desarrollo de sus seguidores. Un líder que transforma, cambia a sus seguidores en uno aspecto importante: La confianza, con esto se obtiene por parte de los seguidores la consecución de objetivos de la organización, también objetivos profesionales, personales, familiares, comunitarios y financieros.
El líder transformacional no nada más transforma la organización, sino también a los seguidores y a ellos mismos. Se trata de un velar por el otro. Un líder transformacional ofrece orientación a los seguidores, participa en el grupo como un seguidor y solicita información de los miembros, como resultado, los seguidores están más comprometidos en el proceso, más motivado y se vuelven más creativo, lo importante del liderazgo transformacional es permitir que los seguidores puedan lograr trasformar su interior.
Fuente: Emprendices
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