¿Cómo manejar tu inteligencia emocional?
Ser los mejores no es característica suficiente para lograr los resultados que deseamos, por lo que es necesario empezar a desarrollar inteligencia emocional.
Aquellas personas con un amplio conocimiento en habilidades técnicas terminan trabajando para personas que dominan unas pocas, pero sí muy importantes: Han logrado adquirir la capacidad de adaptarse y responder a situaciones adversas, así como un manejo impecable de la comunicación y las relaciones humanas.
4 formas para desarrollar inteligencia emocional
La inteligencia emocional es algo que se debe trabajar cada día. Pero, para poder empezar a hacerlo, debes estar sintonizado con tus acciones y entender su vital importancia.
Fuente: Emprendices
Existen diferentes definiciones que intentan englobar el concepto de habilidad:
- Es el grado de competencia de un sujeto concreto frente a un objetivo determinado. Es decir, en el momento en el que se alcanza el objetivo propuesto en la habilidad.
- Se considera como a una aptitud innata o desarrollada o varias de estas, y al grado de mejora que se consiga a esta/s mediante la práctica, se le denomina talento.
- Es la destreza para ejecutar una cosa o capacidad y disposición para negociar y conseguir los objetivos a través de unos hechos en relación con las personas, bien a título individual o bien en grupo.
Como mencionamos anteriormente podemos dividir nuestras habilidades en personales y sociales.
Las personales: Dependen en su mayor parte de nosotros mismos. Son más el fruto de nuestra formación que de nuestra educación. Por lo tanto tenemos una mayor ingerencia en cuanto a nuestro potencial a desarrollar.
Las habilidades personales deseables y hago mención a “deseable” ya que no es fácil reunir todas pero es bueno tender a ello:
- Capacidad en la toma de decisiones
- Saber negociar (no importa el rol que cumplas siempre estamos negociando)
- Tener pensamiento estratégico (ver el panorama completo, a mediano y largo plazo)
- Ser un experto en el tema que maneja
- Apasionado por su trabajo
Las sociales: En este tipo de cualidades entra más en juego factores de educación. Es más difícil aprender a ser más social… pero nunca imposible.
Tener capacidad de comunicación: Ser capaz de gestionar la impopularidad de decisiones correctas pero a veces difíciles de tomar (esta es una habilidad clave y a su vez muy difícil de sobrellevar).
Para elaborar tu perfil vocacional, se evalúan 12 habilidades.
Destreza manual: Hacer o reparar cosas con las manos
Mecánica: Habilidad para entender las leyes mecánicas en la vida cotidiana y así comprender el funcionamiento de distintos aparatos
Científica: Habilidad para realizar investigaciones. Entender las leyes científicas y realizar actividades científicas
Visualización:Imaginar posibles soluciones o alternativas para un problema o situación
Uso del lenguaje: Facilidad para redactar y expresarse de manera escrita
Creatividad: Expresarse a través de alguna actividad artística
Conocer gente: Interactuar con personas
Ayudar a otros: Ayudar a la gente con problemas o decisiones
Liderazgo y administración: Liderar y organizar a las personas para que alcancen una meta en común
Gestión de proyectos: Organización y administración de recursos para cumplir con un objetivo o meta
Convencional: Organización de información, elaboración y seguimiento de procedimientos y reglas.
Manejo de datos: Analizar información numérica para presentarla de manera efectiva para la toma de decisiones.
Fuente: Edukativos
En estas sesiones el usuario y/o el grupo pueden describir áreas vocacionales de interés ajustadas a sus posibilidades y a las necesidades del mercado laboral. No se trata de una elección basada en la sola preferencia, sino argumentada sobre las habilidades y conocimientos adquiridos y en la demanda del exterior.
Al señalar una opción laboral los usuarios indicarán las diferentes tareas que la componen, así como las capacidades necesarias para poder desempeñarla con éxito.
La elección girará en torno a un campo laboral, y no a un empleo determinado; de esta manera aumentan las posibilidades de incorporación al mercado laboral.
Asimismo se deben valorar nuevas necesidades o apoyos para alcanzar el objetivo vocacional: optimizar el nivel de formación, entrenar ciertas habilidades, buscar apoyo social, etc.; así como el coste que ello supondrá: económico, de esfuerzo, de tiempo, de renuncia a otras expectativas, etc.
Este aumento del conocimiento del usuario sobre áreas laborales de interés, se realiza mediante:
- Información de otros miembros significativos.
- Talleres rehabilitadores.
- Recogida de información (vídeos, visitas, charlas, encuestas, etc.).
Fuente: Edukativos
La teoría de Holland clasifica seis tipos de personalidades vocacionales y ambientales de trabajo u ocupaciones: sociales, artísticas, empresariales, realistas o prácticas, convencionales o metódicas, y de investigación.
De acuerdo con esta teoría, una persona puede tener una personalidad combinada, y para eso, sugirió ocupaciones profesionales a partir de la definición de sus intereses.
A cada uno le asignó una clave que corresponde con su letra inicial, como se muestra a continuación:
Realista: Prefieren trabajar con objetos o máquinas. En general son personas prácticas y persistentes, con capacidades mecánicas y que prefieren trabajar en el exterior. Las características personales son: fuerte, poca capacidad verbal e interpersonal. Prefiere problemas concretos, sus valores políticos y económicos son convencionales.
Investigador: Estas personas prefieren trabajar con ideas. En general son analíticas y reservadas, con capacidades científicas y matemáticas. Por ejemplo, realizan investigaciones o pueden trabajar en laboratorios.
Son introvertidos, pocos sociables, meditan para resolver problemas y comprender las cosas. Les gusta las tareas ambiguas. Poseen valores y actitudes pocos convencionales.
Artista: Prefieren trabajar con ideas creativas, así como con las distintas formas de expresarlas y darlas a conocer a los demás. En general son personas emotivas y abiertas, con capacidades para la composición musical, la actuación, la escritura o el arte visual.
Son poco sociables, evitan los problemas complicados, son introvertidos pero se expresan de manera individual, son menos egocéntricos y más sensibles que el investigador.
Social: Prefieren trabajar e interactuar con personas, en general. Son personas serviciales y amistosas, que prefieren trabajar en áreas que les permitan aconsejar, orientar y enseñar.
Tienen gran capacidad y resuelven sus problemas con los sentimientos.
Emprendedor: Estas personas prefieren conducir o dirigir personas. En general son sociables y audaces. Muestran capacidades de liderazgo y comunicación.
Tienen capacidad verbal para vender, convencer. Son líderes, extrovertidos, muestran preocupación por su posición social.
Convencional: Prefieren organizar y manejar datos, trabajando en ambientes en donde se requiera la sistematización de la información. Por lo general son personas metódicas y prácticas.
Prefieren actividades organizadas, puestos organizados y puestos subordinados. Es adaptable, eficiente en tareas bien organizadas, se identifica con el poder. Valora los medios materiales y la posición social.
Fuente: Edukativos
Experto de la UNAM asegura que en nuestro país es necesario reformar la Ley General de Profesiones debido a que los problemas y carencias que presenta en materia de regulación la hacen inaplicable.
Daniel Reséndiz Núñez, ex director del Instituto y de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, durante su participación en el VI Congreso Nacional de la Academia de Ingeniería (AI) estableció que entre las reformas estructurales planteadas en los últimos meses no se tomó en cuenta una que se considera urgente en México: la de la Ley General de Profesiones. Según el experto esta ley es disfuncional, está rebasada y no cumple sus funciones de regulación.
De acuerdo con el también investigador emérito de la UNAM, la regulación de profesiones ha sido limitada, al grado de que sólo se ha concentrado en el registro de los títulos emitidos por las instituciones de educación superior. “Además, la ley no define qué actividades profesionales tienen que ser reguladas ni cómo debe hacerse esto y soslaya por completo cómo se forma un profesional, lo que representa un problema para todas las áreas del conocimiento”.
Resaltó que la ley vigente supone que la escuela debe y puede dar todos los conocimientos científicos y de corte académico, así como las capacidades y las destrezas que requiere un profesional. “Según tal supuesto, bastaría un título de educación superior para obtener licencia de ejercicio profesional. De esta manera, se prescinde de una función clave de los empleadores, que consiste en introducir a los recién graduados a la práctica profesional en equipos de trabajo donde puedan adquirir las habilidades necesarias”.
En este sentido, Reséndiz Núñez informó que en casi todo el mundo, tras finalizar los estudios y recibir el título profesional, sólo se otorga la licencia para ejercer la profesión tras varios años de práctica profesional supervisada y es necesario demostrar haber adquirido la experiencia y las capacidades necesarias. “Esto no sucede en México, salvo en la carrera y las especialidades de la Medicina”
Ente las consecuencias negativas de la ley vigente destaca que prácticamente la mitad de la formación profesional necesaria (práctica profesional) se desestima y se concede licencia de ejercicio profesional aun a quienes carecen de capacidades y destrezas prácticas, lo que daña a la sociedad, pues arriesga la vida, la seguridad y el patrimonio de todos.
Fuente: Investigación y Desarrollo
Leer nos hace mejores. No voy a entrar en este artículo a defender cuáles son los beneficios de la lectura, porque creo que son harto conocidos por todos. Mi intención en esta entrada es dar unas pautas muy sencillas a los padres para que fomenten la lectura de sus hijos en casa. A lo largo de mi carrera como docente han sido muchas las entrevistas que he mantenido como tutor con padres de alumnos de Secundaria, y un denominador común de estas entrevistas ha sido qué podían hacer ellos como padres con sus hijos para que estos leyeran fuera del horario escolar. Aunque no existen fórmulas mágicas para esta pregunta, sí quiero plantearos algunas actuaciones que, partiendo de la simplicidad, os pueden dar excelentes resultados.
Leer en casa
¿Qué trucos pueden usar los padres para que sus hijos quieran leer en casa?
1. Lectura acompañada. Hay que predicar con el ejemplo. Es por ello que si queremos que nuestros hijos lean, nosotros también debemos encontrar el momento para hacerlo, debemos servirles de ejemplo. Durante estos años como tutor he observado que a muchos de mis alumnos les gusta realizar los deberes acompañados, es decir, en el salón o en la cocina. Por eso, te recomiendo que cuando tu hijo vaya a leer, no lo haga en su habitación, sino en un espacio común de la casa. Siempre que puedas, intenta estar ahí por si te pregunta algo. También es muy bueno interesarte por lo que está leyendo. Si consigues que te lo explique, será una manera fantástica de verbalizar aquello que habrá leído y tu podrás ver qué grado de comprensión y de expresión va adquiriendo tu hijo a la hora de leer en casa.
2. Lectura en voz alta. Haz que tu hijo lea en voz alta. Este es un aspecto significativo porque su lectura será compartida contigo, es decir, tu hijo no sólo leerá para él, sino también para ti. Es algo a lo que hay que dar mucha importancia. En ocasiones tenemos la creencia de que la lectura es una actividad íntima y personal, pero en determinadas edades es recomendable que tú también seas partícipe de ese momento. Si es así, no le corrijas constantemente. Déjale que se equivoque, porque está leyendo por placer y no por obligación.
3. Biblioteca a la vista. Independientemente de la biblioteca escolar y la biblioteca pública de tu localidad, debes intentar que en casa tu hijo tenga una pequeña biblioteca personal con los libros que haya ido adquiriendo. Preferentemente, debe ser una biblioteca que esté a la vista de todos. Yo recomiendo que esté en el salón, si puede ser, porque siempre podemos hacer referencia o interesarnos por alguno de ellos. Pregúntale por sus libros, interésate por ellos, pídele que te diga cuáles son los que más le gustan y por qué. Así tu hijo creará un vínculo con su biblioteca y acudirá con recurrencia a ella porque la entenderá como algo propio.
4. Personalización. Cuando tu hijo adquiera un libro es fundamental que lo personalice al máximo. Para ello debe ponerle el nombre y la fecha de compra. Pero se puede hacer mucho más. Por ejemplo, puede forrarlo con algún papel que le hayas comprado o puede crear un punto de libro con un trozo de cartulina que sólo sea para ese libro. De lo que se trata es de ir estableciendo un vínculo emocional entre el libro y tu hijo, y hacer de ese vínculo emocional el mejor aliado para que quiera leerlo.
5. Recompensa. ¿Por qué no recompensar a tu hijo por una buena acción con un libro? Muchos padres no conciben un libro como una inversión, cuando es un objeto que tiene un valor incalculable, sobre todo en edades tempranas. Yo te recomiendo que siempre que puedas le acompañes, bien sea a una biblioteca municipal, bien a una librería, en caso que quieras regalarle un libro. En este sentido, hay que dejar claro que debe ser el niño, preferentemente, el que elija qué libro quedarse. También quisiera añadir que, siempre que esté a nuestro alcance, intentemos leer previamente el libro que va a leer nuestro hijo.
7. Libros con ilustraciones. Para facilitar la lectura en casa, es preferible que el libro sea lo más ágil y ameno posible. Yo te recomiendo que sean libros con ilustraciones y divididos en capítulos. Tanto las ilustraciones como los capítulos favorecen enormemente que el alumno tenga más facilidad para la lectura, ya que le permite realizar de forma escalonada descansos en su período de lectura. En determinadas edades, los niños no tiene el control de lectura que tiene los adultos y es por ello que los libros siempre deben adecuarse a su edad y a sus intereses.
8. Silencio. Para mí es un factor fundamental para que tu hijo coja el hábito de leer en casa. La lectura requiere un considerable esfuerzo y una gran capacidad de concentración. Para favorecer que tu hijo pueda leer en casa, es necesario crear una atmósfera en la que reine el silencio. Hay que apagar la radio, la televisión, los equipos de sonido. El silencio no hará más que aumentar su concentración mientras lee y hará que aumente, por consiguiente, su capacidad de comprensión. Sobre este apartado me gustaría que leyeras el artículo publicado 5 razones para no escuchar música mientras se estudia.
9. Suscripciones. Un truco muy efectivo para que tu hijo se aficione por la lectura es mediante la suscripción al alguna revista propia de su edad y que guarde relación con sus intereses. Cuando vuestro hijo se suscribe a una revista, por ejemplo, lo que estamos haciendo es crear expectativas. Me explico. Hay que hacerle ver que, periódicamente, recibirá algo realmente increíble, algo de su interés, algo que le va a gustar. Y ese algo, esa revista, la recibirá en su buzón periódicamente, y llevará su nombre, es decir, será su revista. Otra vez lo que hacemos es crear un vínculo emocional entre tu hijo y lo que lee.
10. Libro electrónico. He querido acabar estos 10 trucos para que tu hijo pueda leer en casa con el libro electrónico. Cada vez son más los hogares en los que hay una tableta. Pues bien, una acción que puedes llevar a cabo es la lectura de libros electrónicos. Existe un mercado realmente extraordinario y, además, contarás con el atractivo del dispositivo. Cuando tu hijo opte por leer un libro a través de un dispositivo como el de una tableta, sería conveniente que pudieras estar a su lado o cerca de él, ya que es muy fácil que se distraiga con otras prestaciones que acompañan a este tipo de dispositivos.
Como ves, se trata de llevar a cabo pequeñas actuaciones que con el tiempo se convierten en hábitos. Pero si has leído bien cada uno de estos puntos te habrás dado cuenta de algo que se repite como un denominador común. Y no es otro que el papel que ejerces tú como catalizador del amor por la lectura de tu hijo. Como he dicho anteriormente, muchos padres relacionan la lectura de sus hijos con un acto individual y personal y, a mi modo de ver, creo que se trata de un enfoque equivocado. Sé que el tiempo es un valor muy valioso y que no disponemos de mucho tiempo libre. Pero hacer que tu hijo quiera leer en casa depende en gran medida de las actuaciones que estés dispuesto a llevar a cabo. Este es el precio que hay que pagar para que tu hijo quiera leer en casa. Acabaré este artículo con una cita de Daniel Pennac que reza así:
El verbo leer como el verbo amar y soñar no soporta el modo imperativo.
Fuente: Justifica tu respuesta
Las empresas productoras de bienes de consumo ya lo saben hace mucho tiempo. Su pasta de dientes, su café o su medicamento tienen que ser simplemente irresistibles para su público. Menos que esto hoy es quedarse fuera del mercado. Las mejores empresas de servicios también lo saben. Sus ofertas hoteleras, de ocio o profesionales son fácilmente imitables por la competencia. Los clientes continúan con sus marcas favoritas por la sencilla razón de que son las mejores. En el ámbito educativo, las cosas no han pasado tan deprisa. A una tradicional falta de transparencia del sector, se unen otras consideraciones que han impedido la libre competencia y que han permitido mantener en el mercado organizaciones que ya no cumplen ninguno de los estándares de calidad que ha fijado el mercado para otros sectores y, lo que es mucho peor, no cumplen las expectativas de sus clientes. Pero el cliente hoy manda más que nunca. Sabe lo que quiere y decide. También en el ámbito educacional.
Las empresas educativas, para estar a la altura de lo que los clientes demandan hoy, deben ofrecer propuestas atractivas y seductoras. Una oferta educativa irresistible debe cumplir cuatro condiciones fundamentales: 1. Fiabilidad; 2. Capacidad de generar sorpresa; 3. Capacidad de recuperar rápida y eficazmente los errores; 4. Que sea percibida como “justa” o equitativa.
Un servicio educativo fiable nace desde una estrategia que promueva una poderosa capacitación del personal (docente y no docente) en diversas habilidades profesionales: Excelente competencia para efectuar sus tareas; cortesía para tratar con sus clientes; credibilidad; confiabilidad; capacidad de dar respuesta; habilidades de comunicación; disponibilidad constante y sensibilidad hacia los problemas y circunstancias de sus alumnos y sus familias. La dirección del centro tiene una importante responsabilidad en la constante motivación de sus equipos para que los niveles de entusiasmo y dedicación, que la profesión exige diariamente, no decaigan.
Por otro lado, en cuanto a la fiabilidad del servicio, la calidad es de vital importancia. Hoy estamos en ley de máximos. Los clientes han experimentado en numerosas ocasiones y en distintas situaciones (desde comprar en una tienda Nesspresso hasta viajar en un AVE), lo que es un servicio de alta calidad. Y quieren lo mismo (sino más) para la educación de sus hijos. Sus exigencias de calidad y sus expectativas en este sentido deben constituir siempre la referencia en nuestro diseño de calidad educativa. Sus impresiones, aún subjetivas, tienen más importancia que nuestra “realidad”. Ello son los que nos evalúan, su opinión y su satisfacción constantes son cruciales y deben ser nuestra guía de actuación. La fiabilidad es también una proyección sistemática de nuestra imagen. Cómo se presentan y desenvuelven nuestros empleados todos los días y el estado de nuestras instalaciones constituye formas silenciosas de comunicación y configuran la percepción de quiénes somos y qué podemos hacer por ellos.
Un servicio educativo sorprendente. La única forma de asegurar niveles de satisfacción altos entre nuestros clientes es, sistemáticamente, superar lo que esperan de nosotros. Esta estrategia se alcanza mediante la incorporación de detalles que hagan que el cliente se sienta especial, que su experiencia total del servicio le satisfaga plenamente en todos los aspectos de la prestación educativa y en todas sus interacciones con el centro y mediante la prestación de servicios extraordinarios por novedosos o porque, necesitándolos el cliente, ningún centro competidor ha querido abordar (por ejemplo, por no ser rentables o por ser de difícil gestión). La importancia de crear los más altos niveles de satisfacción es máxima. Esta forma de actuar genera proactividad en la recomendación de nuestros servicios y vínculos emocionales entre el colegio y las familias que difícilmente sucumbirán a crisis de menor entidad.
La recuperación del servicio es una buena práctica que parte de la consideración de que la infalibilidad del servicio de un centro educativo, multidisciplinar y colectivo, es imposible. Tener prevista la estrategia de resarcimiento de fallos (percibidos) y de rápida recuperación de errores es esencial para generar servicios irresistibles. No en vano, recuperar bien un error, constituye una de las mejores oportunidades de fidelizar clientes atentos al máximo a nuestra forma de actuar.
El precio ético o precio justo consiste en conseguir que el cliente se sienta satisfecho en la percepción de que lo que recibe “bien vale” lo que paga. El precio justo también puede funcionar en prestaciones educativas elitistas con proposiciones altas de precio, siempre que lo que el cliente perciba que se le da a cambio sea significativamente superior a lo que percibe que puede obtener en centros educativos alternativos a otros precios.
Una oferta educativa que cumpla estas cuatro exigencias será, con total seguridad, una oferta ganadora.
Fuente: Marketing Educativo
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