¿Cómo utilizar los recursos de las redes sociales para planificar y mejorar la carrera y el desarrollo profesional? La Web 2.0 e Internet en general generan muchas expectativas pero la realidad es que ofrecen más oportunidades a quien ya tiene muchas oportunidades y no da tantas a quien actualmente tiene menos.
Dicho de otra forma, si eres un mal profesional en el mundo convencional, con habilidades, actitudes y recursos muy limitados, tus posibilidades son menores porque en las redes la competencia es aún mayor y la visibilidad de las fortalezas y debilidades tiene grandes efectos sobre la reputación profesional. Pero tranquilos porque hay una parte positiva: cualquier profesional está a tres clics de mejorar su vida laboral. ¿Cómo usar la Red para pasar de trabajador a emprendedor o de empleado a profesional?
Si quieres ser un profesional 2.0 puedes empezar con estos tres sencillos pasos.
1) Especialización.
Especialízate, pero mucho. Los clientes y los empleadores no buscan generalidades, buscan especialidades. Si eres un generalista nadie te encontrará. No seas un ‘psicólogo’, ni siquiera un psicólogo educativo; sé, por ejemplo, un especialista en asesorar a padres con problemas para ‘manejar a sus hijos.”.
2) Genera marcas y servicios (muy) concretos.
Nunca ha sido tan barato probar y experimentar potenciales líneas profesionales. Siguiendo el ejemplo anterior en el ámbito de la psicología educativa, una marca definida es la de Hazte con ellos, que se dirige directamente a tus potenciales clientes, los padres. Una marca personal fuerte y coherente es una herramienta de desarrollo profesional y una referencia para el futuro: pueden despedirte pero de tu blog no te pueden echar.
3) Haz networking inteligente.
No son las empresas las que contratan, son las personas que representan a esas empresas. Cualquier conversación en las redes sociales puede ser una entrevista potencial de trabajo o una relación inicial con un futuro cliente.
La cada vez más compleja y cambiante sociedad en la que se desenvuelven actualmente los seres humanos conlleva a que el tiempo que se invierte en la educación deba ser necesariamente aprovechado al máximo, esto implica centrarse en aprender lo que de verdad vale la pena aprender, o sea, aquello que de verdad prepara para proseguir aprendiendo y creciendo, y que, a la vez, es más beneficioso en una mayor variedad de situaciones.
A lo largo de las últimas dos décadas se ha venido haciendo hincapié en el convencimiento de que la sociedad actual exige la promoción del aprendizaje a lo largo de la vida, entendiendo “aprendizaje” en un sentido amplio que abarca todos los contenidos, procesos, y áreas de la vida que posibilitan el crecimiento y desarrollo integral del ser humano.
Uno de los retos actuales para los orientadores profesionales, es sin lugar a dudas, encontrar las herramientas necesarias para conectar a la persona con las fuerzas que desde su interior, impulsan el proceso de construcción de saberes relacionados con la adquisición y desempeño en alguna profesión en específico. Es la motivación que se halla en la propia persona, en estrecho vínculo con otras formaciones personológicas como el sentido de vida quien posibilita un continuo proceso, permanente y auto generado de adquisición de nuevos conocimientos que contribuyan al sucesivo enriquecimiento del quehacer personal profesional.
La orientación profesional puede ser una de las herramientas que favorezca enlazar los intereses individuales con los requerimientos actuales de la sociedad en relación con la formación de profesionales.
El origen y evolución de la Orientación Profesional
La naturaleza de la orientación profesional ha variado a través de las diferentes etapas de desarrollo de la humanidad hallándose en estrecha relación con los cambios sociales, el papel del trabajo en la sociedad y la forma en que el hombre percibe las distintas profesiones.
Al analizar los orígenes de la orientación profesional es posible realizar una organización en dos etapas, que están estrechamente relacionadas con el desarrollo de las ciencias.
Primera Etapa: Pre científica: Estuvo signada por formulaciones de tipo mágico, filosófico, antropológico y religioso generadoras de diferentes concepciones del hombre y de la organización social, de las cuales surgieron determinadas formas de consejo y de ayuda para la elección vocacional, marcadamente intuitiva y muy supeditada a las instituciones sociopolíticas. Dentro de esta etapa se distinguen varios momentos con sus especificidades:
1.- La orientación profesional en el Mundo Antiguo.
2.- La orientación profesional en la Edad Media.
3.- La orientación profesional en la Época Moderna.
En el mundo Antiguo por tratarse la orientación profesional de una actividad cuyo carácter es esencialmente de ayuda, adoptó un carácter de transmisión de doctrinas de tipo filosófico. Existen referencias de que en esa etapa, importantes filósofos tomaban discípulos a quienes orientaban sobre sus doctrinas. Ejemplo conocido es el de Sócrates (469-399 ANE) de quien fueron discípulos Platón y Antístenes o el propio Platón ( 428-427-347 ANE) a quien se le atribuyen varios discípulos, (Rosental, 1981).
La idea de orientar el aprendizaje de oficios o profesiones fue ampliamente aplicada en la Edad Media, durante la cual la enseñanza de los oficios se realizaba directamente en el puesto de trabajo, no existían entonces las instituciones escolares aparte del taller. La función de orientar para el aprendizaje de los oficios se realizaba en pequeñas corporaciones en el seno de las ciudades de la época y a través de los maestros de oficios.
En las sociedades agrícolas las profesiones solían ser hereditarias y las habilidades propias de cada profesión se transmitían de padres a hijos.
En general fue esta una época en la cual la familia, la herencia y las tradiciones signaron la orientación profesional, sin que se observasen elementos de darle una organización formal, por lo cual continuaba siendo una actividad de carácter no científico y no formal.
Durante la Edad Media la enseñanza estuvo marcada por la división del trabajo que condujo al surgimiento de violentos conflictos entre maestros, oficiales y aprendices lo cual trajo como consecuencia que la orientación del aprendizaje de los oficios y profesiones se simplificara a tales límites que pasó a ser una mera repetición de gestos o acciones básicas de un oficio o profesión, (Cerezal Mezquita et al, 2000).
En esta etapa- hasta el Renacimiento- las formas de consejo eran totalmente vivenciales e intuitivas y continuaban cargadas de fundamentos mágicos, filosóficos y con gran influencia de la religión.
El Renacimiento fue un período de carácter marcadamente empirista, signado por profundos cambios en la propia concepción del ser humano, lo cual se reflejó en todos los procesos sociales.
En el Siglo XV con el alza de la producción, el desarrollo del comercio y de las ciencias las condiciones de la enseñanza comienzan a variar y se produce una primera división entre el trabajo manual y el intelectual, fenómeno que progresivamente se acentuó y permitió una primera diferenciación entre los empresarios y los productores directos, (Cerezal Mezquita et al, 2000).
El propio desarrollo de la Revolución Industrial con el surgimiento de las producciones manufactureras impulsó el papel del estado como mediador entre las necesidades del aparato productivo y las exigencias de formación de la población. Fue así que se crearon los primeros sistemas escolares quienes pasaron a ser el principal instrumento de formación en todos los niveles de enseñanza y para todas las categorías sociales.
Durante el siglo XVII se comienza a entrar en una fase de pre industrialización con lo cual se comienza a plantear el problema de las potencialidades, tomando importancia la educación.
La llegada del siglo XVIII y específicamente la Revolución Francesa dio un fuerte impulso a la educación siempre sobre la base de los intereses económicos.
Durante ese siglo y comienzos del XIX tiene lugar la revolución industrial, con una problemática de tipo sociolaboral muy fuerte (supresión de puestos de trabajo, explotación, inmigración, bolsas de pobreza, etc.), añadido a lo anterior el predominio de una la filosofía signada por el culto a la razón y la confianza absoluta en el hombre, creó una situación propicia para el surgimiento de la Orientación Profesional.
Figuras importantes en la época fueron Rosseau, quien con su Emilio, hizo referencia a diferentes tipos de ocupaciones vistas con un prisma psicológico y Pestalozzi a partir de unas cartas dirigidas a los padres de sus alumnos que mostró un riguroso trabajo de observación sistemática en el aula considerado un precedente de los actuales registros de observación acumulativos del escolar.
En el propio siglo XIX se deben referir los aportes de la medicina y la Psicología Experimental quienes de conjunto con los servicios sociales creados para aminorar las problemáticas generadas por la Revolución Industrial tuvieron gran importancia en el desarrollo científico e instrumental posterior de la orientación.
Aunque los elementos mencionados no pueden ser considerados orientación profesional propiamente dicha al no poseer una sólida base científica ni una intencionalidad orientadora manifiestas si deben apreciarse por su carácter precursor de lo que actualmente se concibe como orientación profesional.
Segunda Etapa: Surge la orientación profesional como actividad científica a partir de una serie de condicionantes sociales y económicas: La industrialización, la escolarización, la revolución científica y el desarrollo del sistema capitalista de producción y de organización del trabajo. Esta etapa se ubica a finales del siglo XIX y se extiende hasta nuestros días.
A principios del siglo XIX surge en Europa, y dentro del campo de la medicina, cierta preocupación por disminuir los riesgos de accidentes laborales y prevenir las enfermedades profesionales. Estos estudios van a constituir la base u origen de la Psicotecnia como disciplina específica, la cual es iniciada formalmente por Münsterberg, quien la considera como la disciplina que trata de adaptar el hombre al trabajo mediante la aplicación de la psicometría a la selección industrial. Esta visión supone el estudio con vistas a la selección de trabajadores motivada por la división científica del trabajo; las destrezas necesarias para el desempeño de un puesto laboral e impone, ineludiblemente la investigación del diagnóstico de las capacidades humanas.
Al revisar la literatura especializada existe coincidencia entre la mayor parte de los autores al referirse a la etiología del término orientación, remontando la misma a principios del siglo XV en los Estados Unidos con Parsons, considerado el padre de la Orientación Vocacional, Davis el cual introdujo el primer programa de Orientación en la escuela y Kelly que utiliza por primera vez el adjetivo educativo referido a la orientación, así lo reseñan Rodríguez Moreno (1995), Bisquerra (1995), Sanz Oro (2001) , y González Gómez (2003).
La Orientación Vocacional tuvo sus orígenes en 1908 con la creación en Boston, Estados Unidos, del Primer Buró de Orientación Vocacional por F. Parsons, quien lo fundó con el fin de brindar asistencia a jóvenes que solicitaran ayuda para la elección de la profesión.
El trabajo de Parsons en el área de la orientación vocacional estuvo fuertemente ligado al establecimiento de un compromiso con la vida de los miles de inmigrantes que llegaban a Norteamérica en busca de mejores condiciones de vida y su respuesta fue buscar condiciones de cambio social para esas familias utilizando la orientación profesional como instrumento para conciliar elección profesional y aptitudes.
Tanto el movimiento de la Reforma Social al cual pertenecieron Parsons y Davis como el de la Psicometría/ psicotécnica, constituyeron dos factores de gran peso en el surgimiento de la orientación profesional como la conocemos hoy.
Distintos autores como Brewer (1970); Beck (1973); Patterson (1974); Roig Ibáñez (1982); Whitley (1984); Rodríguez Espinar (1993); Repetto Talavera (1994), citados por Bisquerra (1995), han referido los orígenes de la Orientación coincidiendo al identificar tres movimientos decisivos en el surgimiento de la misma, aunque cada uno toma en consideración distintos aspectos para explicar su surgimiento:
a) El movimiento reivindicativo de reformas sociales en Europa y en los Estados Unidos.
b) El desarrollo del movimiento psicométrico y el modelo basado en la teoría de los rasgos y factores.
c) El movimiento Americano de "Couseling".
El Psicoanálisis no escapó al abordaje de la orientación profesional, los partidarios del enfoque psicodinámico, entre los cuales descuellan los trabajos de Bordin, Nachman y Holland, quienes atribuyen cualquier elección profesional a la actuación de determinadas fuerzas interiores instintivas (González Maura, 2003).
El conductismo aún en sus variantes más contemporáneas, centra más su atención en el papel de los agentes externos en la formación de los intereses hacia una u otra profesión, ya que cualquier inclinación del sujeto se determina por la acción de estos agentes.
Dentro del enfoque cognitivo conductual de orientación vocacional, Krumboltz y colaboradores desarrollan la teoría de aprendizaje social (interacción personas - medio) donde las conductas, las actitudes, los intereses y los valores se adquieren y modifican de forma continua debido a las experiencias de aprendizaje.
Un intento de superar estas concepciones lo realiza D. Super quien considera a la vocación como una expresión del desarrollo alcanzado por determinadas cualidades personales manifiestas a la hora de elegir profesión. Esta concepción evolucionista si bien contraria a las psicodinámicas y conductistas, ubicadas en dos polos diametralmente opuestos donde los intereses del sujeto quedan a merced de fuerzas instintivas o ambientales, no alcanza a superarlas totalmente por su visión atomista de las cualidades personológicas.
Un papel especial corresponde a la Psicología humanista la cual favoreció atribuir al sujeto un papel más independiente en la toma de decisiones profesionales.
Para ellos, orientar es un conjunto de acciones que deben llevarse a cabo en clase y no precisan de personal especializado estrictamente hablando; va dirigida a todo el alumnado —no sólo a aquellas personas con conductas de aprendizaje patológicas—, y su proyecto más característico es el esfuerzo en adaptar el curriculum a las necesidades individuales del aprendizaje, tanto cognoscitivo como afectivo.
En los últimos años y especialmente en Europa se ha producido un reforzamiento de la idea de educar para toda la vida y se enfatiza que desde las escuelas no sólo se deben aprender conceptos, sino también actitudes y procedimientos (Pérez González, 2005).
Para la universidad del nuevo siglo la continuidad del éxito en la formación de los profesionales tiene que ver con su sistemática renovación y armonización con los cambios que vertiginosamente se suceden en todos los ámbitos de la vida social y económica. Los cambios que acaecen en el panorama económico, tecnológico y social en el mundo entero inciden en el terreno educativo que debe elaborar sucesivas transformaciones para estar en correspondencia con ellos.
El inicio del siglo XXI ha planteado a la Educación Superior el doble reto de transmitir de forma masiva y eficiente un volumen siempre creciente de información, sin permitir, en segundo lugar; que tanta diversidad informativa la sumerja.
En los momentos actuales puede hablarse de algunos elementos que matizan la vida social y consecuentemente afectan la vida de la universidad: el rápido y progresivo desarrollo del conocimiento científico, la necesidad de dar a éste un carácter transdisciplinario y el creciente uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Estos tres elementos condicionan la necesidad de que la educación adopte un carácter permanente, dirigido no solo a algunas etapas del desarrollo personal sino a toda la vida.
Hasta hace relativamente corto tiempo la formación de un profesional con sólidos conocimientos daba garantías del éxito de una institución universitaria. Hoy, la realidad es bien diferente. El profesional de la actualidad no solo precisa conocer con profundidad de su ciencia en particular. Un egresado de las universidades actuales debe estar preparado para insertarse en su entorno de vida de forma eficaz, para lo cual debe contar con un arsenal de herramientas no solo intelectuales sino también éticas, favorecedoras del bienestar y el progreso de los seres humanos.
Para la Educación Superior la formación de los profesionales con un enfoque humanista garantiza no solo desarrollar la esfera intelectual sino también la esfera motivacional de la personalidad del estudiante de forma plena. Esto garantiza la formación de un profesional integral y comprometido con su labor, capaz de contribuir a lo largo de su vida al desarrollo social desde su profesión.
Varios son los cambios esenciales de la universidad de esta época que le imprimen un carácter básicamente diferente a épocas pasadas: “Un primer aspecto, de suma importancia, relacionado con la real capacidad de la universidad de dar respuesta a las demandas de este siglo, que se ha dado en llamar siglo del conocimiento, es la denominada masificación de la educación superior. Como consecuencia de ello se aprecia una tendencia al incremento de los jóvenes en las edades comprendidas entre 18 y 24 años cursando estudios superiores. En algunos países, entre los cuales está incluida Cuba, esa población rebasa ya el 50 %” (Horruitiner, 2008: 48).
Es particularmente importante la adjudicación a la universidad del papel de formadora integral de los profesionales que reclama la sociedad. En ella debe ser posible la formación de profesionales creativos, dotados de sólidos conocimientos y también de un conjunto de valores que le permitan poner esos conocimientos al servicio pleno de la sociedad dentro de la cual existen. “Implica también la necesidad de lograr un profesional creativo, independiente, preparado para asumir su autoeducación durante toda la vida; que sea capaz de mantenerse constantemente actualizado, utilizando igualmente las oportunidades ofrecidas por las universidades de atender al profesional con una educación posgraduada que responda a las necesidades del desarrollo del país” (Horruitiner, 2008: 48).
Viltres (2010) admite que en la actualidad se manifiesta una tendencia integradora en orientación profesional que se sustenta en una concepción más protagónica del maestro como orientador y afirma que en la orientación profesional se puede hablar de una dimensión psicológica y una pedagógica. Este autor realiza una crítica a las investigaciones realizadas en el contexto cubano acerca de la temática, afirmando que las mismas tienen un carácter reduccionista, al centrarse en aspectos específicos de la orientación profesional para su análisis y posterior desarrollo.
Este autor especifica como regularidad en las investigaciones por él reseñadas en el contexto educativo cubano, el empleo de las categorías diagnóstico, objetivos y método; considerando que el diagnóstico de la orientación profesional es parte del diagnóstico integral y debe estar estructurado en dimensiones, indicadores y rangos que le posibiliten a la institución caracterizar integralmente el proceso. También reconoce la existencia de una dimensión psicológica de la orientación profesional, a la cual pertenecen categorías tales como la motivación, los intereses y la autodeterminación profesional; entre otras.
La autora de este artículo considera que la orientación profesional es un proceso complejo que debe ser abordado con una visión de carácter interdisciplinario. Con él se relacionan diferentes disciplinas que tienen que ver con la educación de la personalidad y no sólo la Pedagogía. Particularmente importante es el referente aportado por la Psicología acerca de la evolución de las concepciones de la personalidad y su sistema motivacional, pues, ante todo la orientación profesional como proceso pedagógico se dirige al desarrollo de la motivación hacia la profesión, mientras en paralelo fortalece todo el sistema ideo-valorativo de la personalidad.
Calzada (2004: 9) afirma en su conceptualización de interdisciplinariedad que abarca no solo la relación entre las ciencias, sino también entre las personas con el fin de identificar y solucionar problemas profesionales, es así que las define como “…los nexos entre profesionales y/o disciplinas con el objetivo de integrar contenidos en el proceso de solución de problemas del desempeño. Permite garantizar un sistema general de conocimientos, habilidades, valores y modos de actuar, tanto de carácter intelectual como práctico para el establecimiento de relaciones hacia el mundo real y objetivo en el que le corresponde vivir y laborar al profesional.”
A juicio de la autora los distingos deben realizarse entre los términos orientación profesional como tendencia orientadora que integra los motivos de la personalidad relacionados con la elección, formación y desempeño en una profesión determinada y orientación profesional como proceso pedagógico.
Una respuesta posible a esta aparente dicotomía puede ser encontrada desde el enfoque histórico cultural.
Grandes son los retos que se presentan ante la Universidad del Siglo XXI, sin embargo, las ambiciosas aspiraciones formativas difícilmente puedan lograrse desde algunas de las concepciones abordadas. Desde sus posiciones de partida no puede ser explicada la unidad dialéctica entre la naturaleza subjetiva, activa de la personalidad y su determinación histórico-social.
El enfoque historico social del desarrollo humano
L. S. Vigotsky (1896-1934), psicólogo ruso con una corta pero fecunda obra dentro de la psicología fue el creador de un nuevo paradigma psicológico: el Histórico-Cultural.
Vigotsky aplicó de forma creadora la filosofía marxista a la Psicología, partiendo de lo cual formula un conjunto de ideas sobre el desarrollo ontogenético histórico-social del hombre, que se contraponen tanto a las corrientes biologicistas e idealistas predominantes en dicha ciencia, como a los puntos de vista sobre el desarrollo de la cultura, independientemente de la historia de la sociedad. Estas ideas paulatinamente han alcanzado una gran influencia en el desarrollo de la Psicología a nivel mundial.
Vigotsky partiendo de una concepción materialista de la psiquis, la considera como una propiedad del hombre como ser material, (que tiene un cerebro), pero a la vez como un producto social, resultado del desarrollo histórico de la humanidad. Por esta razón no puede buscarse en las leyes de la evolución biológica, la clave para explicar la psiquis humana, sino en la acción de otras leyes, las del desarrollo histórico-social.
Una de las principales ideas del enfoque histórico-cultural radica en el carácter mediatizado de los procesos psíquicos. Para Vigotsky, al igual que la actividad humana se convierte en una actividad mediatizada a partir de los instrumentos que el hombre utiliza en su ejecución, los procesos psíquicos se hacen también mediatizados, actuando como elementos mediadores los fenómenos de la cultura humana.
La cultura en la concepción histórico-cultural, es el producto de la vida y de la actividad social del hombre que halla su expresión mediante los signos, quienes poseen un significado estable por haberse formado en el desarrollo histórico y transmitido de generación en generación. Entre ellos están las obras de arte, la escritura, los signos numéricos y el lenguaje el cual posee un papel especialmente importante.
En la actividad el hombre se apropia de la experiencia histórico-social y asimila no sólo las distintas formas de actividad humana, sino también los “signos” o medios materiales o espirituales elaborados por la cultura.
Es por esto que, los procesos psíquicos inicialmente poseen un carácter interpsicológico, o sea, se dan en el plano del sistema de relaciones sociales, de comunicación que el niño establece con otras personas en la realización de una actividad conjunta. Posteriormente estas funciones psíquicas se interiorizan, adquieren un carácter intrapsicológico (interno) y pasan a formar parte de la actividad individual del hombre. Entonces, los signos que inicialmente poseían un carácter externo se convierten en signos internos mediatizando el tránsito de las funciones psíquicas superiores.
“Cualquier función en el desarrollo cultural del niño aparece en escena dos veces, en dos planos: primero como algo social, después como algo psicológico; primero entre la gente, como una categoría interpsíquica, después, dentro del niño, como una categoría intrapsíquica. Esto tiene que ver, por igual, tanto con la memoria voluntaria como con la memoria lógica; tanto con la formación de conceptos como con el desarrollo de la voluntad..... el tránsito de afuera hacia adentro transforma al propio proceso, cambia su estructura y sus funciones” (Vigotsky, 1987: 161).
Aunque Vigotsky no explicitó una teoría de la enseñanza, algunas de sus ideas constituyen elementos importantes a ser tomados en cuenta. Una de ellas referida a la relación enseñanza y desarrollo tiene una importante repercusión en la psicología del desarrollo y en la pedagogía. En posición divergente de las corrientes predominantes en su época que identificaban la enseñanza con el desarrollo, los separaban de forma desigual o intentaban combinarlos Vigotsky considera que el papel rector en el desarrollo psíquico del niño corresponde a la enseñanza, ella es su fuente, lo precede y conduce y puede considerarse desarrolladora sólo cuando tiene en cuenta dicho desarrollo.
Para la comprensión del papel del medio en el desarrollo psíquico infantil, Vigotsky introduce una categoría de suma importancia: “la situación social del desarrollo”, con la cual designa la peculiar combinación que se produce entre los procesos internos del desarrollo y las condiciones externas típicas de cada etapa las que condicionan asimismo la dinámica del desarrollo psíquico durante el correspondiente período evolutivo y las nuevas formaciones psicológicas surgidas hacia el final del período.
El concepto introducido por Vigotsky de “zona de desarrollo próximo” constituye un valioso instrumento al posibilitar conocer tanto el estado actual del desarrollo individual como sus potencialidades, favoreciendo de esta manera su dirección. En ese sentido se refiere a ella como la distancia que separa el nivel real de desarrollo, determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema y el nivel de desarrollo potencial, que se determina mediante la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con otros más capaces.
Luego de la desaparición física de Vigotsky, otros investigadores continuaron enriqueciendo su legado científico. Algunos de ellos como A. Leontiev con sus estudios sobre la actividad y L. I. Bozhovich sobre la motivación contribuyeron no solo a dar continuidad al enfoque histórico cultural sino también a su enriquecimiento.
Es indudable que este enfoque ofrece al psicólogo educativo y al pedagogo un soporte de mucha utilidad para encarar los problemas de la escuela actual y la búsqueda de solución a los retos y problemas que ésta plantea.
Partiendo de un enfoque histórico cultural del desarrollo humano puede integrarse dialécticamente lo externo- manifiesto en la influencia determinante del medio social- al desarrollo de la subjetividad humana. Desde sus posiciones logra entenderse que el sujeto –si las condiciones de vida y educación lo propician- pueda alcanzar niveles superiores de regulación y autorregulación, o sea, alcanzar la autodeterminación de su actuación partiendo de su propia individualidad.
Contribución del enfoque historico cultural a un abordaje actual de la orientación profesional en el contexto universitario
Tomando como base las ideas de Vigotsky y sus seguidores es posible entender que la orientación profesional es un proceso y en calidad de tal transcurre a través de las diferentes etapas en el desarrollo de la personalidad, no hallándose predeterminado específicamente por el nivel de enseñanza o las características específicas de cada edad sino por el nivel real de desarrollo alcanzado por el sujeto en cada una de ellas.
En cada edad se presenta una peculiar combinación entre los procesos internos de desarrollo de los intereses profesionales y las condiciones externas típicas de cada etapa, ello condiciona la dinámica del desarrollo de esos intereses a lo largo de ese período evolutivo y las nuevas formaciones motivacionales que hacia el final del mismo marcan el momento de la aparición de intereses cualitativamente diferentes a los precedentes.
Si se concibe la posibilidad de desarrollar evolutivamente aquellas características individuales que determinan el éxito en la actividad bajo el influjo de la educación puede entonces precisarse que durante el período de vida universitaria el proceso de orientación profesional no sólo debe garantizar la consolidación de intereses por la solución de problemas profesionales durante un tiempo limitado.
La orientación profesional no se restringe a los años de vida universitaria ni a los primeros años de graduados. Es un proceso que acompaña al sujeto durante toda su vida laboral y le posibilita un continuo proceso de renovación de los intereses en el área de su profesión, lo que garantiza que las fuerzas se reorganicen con sistematicidad a pesar de las dificultades, como tener que adaptarse a nuevas situaciones, sortear circunstancias adversas o ser creativos al solucionar problemas profesionales.
Tomando como base una concepción histórico-cultural hacer orientación profesional significa tomar como punto de partida para ejercer cualquier ayuda en la elección o formación en una profesión determinada, el nivel actual de desarrollo de las inclinaciones profesionales individuales para crear las condiciones de aprendizaje a través de las cuales pueda desarrollarlas hasta alcanzar el nivel de desarrollo potencial de éstas.
Investigadores como V. González Maura (2001) se han referido a la relación específica que se establece entre orientador y orientando planteando que no es una relación de dependencia en la cual el orientador dice al orientando qué hacer o cómo hacerlo, sino el espacio comunicacional donde se organizan aquellas situaciones de aprendizaje que le permiten al estudiante mediante el desarrollo de sus potencialidades llegar en el más pleno ejercicio de la autodeterminación a tomar decisiones respecto a su vida profesional.
Sin embargo, en la realidad existen casos específicos en los cuales la profesión elegida se aleja un tanto de las inclinaciones individuales. Aunque esta situación se considera nociva para el desarrollo individual, puede suceder a partir de instituyentes individuales ligados al proceso de ejercicio de la autodeterminación, por ejemplo, la profesión soñada se estudia en un centro alejado del lugar de residencia del alumno al cual no desea abandonar y se decide por otra en un lugar cercano; o, a partir de exigencias sociales, por ejemplo, las convocatorias realizadas para priorizar una profesión socialmente deficitaria.
En estos casos hacer orientación profesional, conducir la formación de motivos profesionales partiendo de una concepción histórico cultural del desarrollo humano significa ayudar al estudiante a identificar aquellas condiciones individuales que posee para llevar adelante el proceso de aprendizaje dentro de la profesión elegida y “descubrir” cuáles pueden favorecer en mayor medida sus aspiraciones profesionales. Significa además preparar las situaciones de aprendizaje a través de las cuales el alumno pueda desplegar a través del proceso de formación en esa profesión -que tal vez no era la soñada- sus aptitudes, para progresivamente ir favoreciendo el surgimiento de intereses generales que los orienten en la búsqueda de información, la obtención de conocimientos y la formación de habilidades que puedan servir de base para la formación de intereses hacia la profesión.
Investigaciones desarrolladas han comprobado que la existencia de intereses profesionales al iniciar una carrera universitaria favorece el éxito en el proceso formativo pero no es garantía absoluta de triunfo, González Maura (2001, 2003).
Un proceso de orientación profesional bien enfocado durante el período de formación profesional puede contribuir a la formación de conocimientos, habilidades e intereses profesionales o a la consolidación de estos intereses si los mismos ya existían previo al ingreso.
Una vez hayan ingresado a la universidad existen elementos a tener en cuenta que favorecen el desarrollo de la motivación profesional, Prieto Hernández (2010), plantea que el profesor de nivel superior tiene la ventaja de trabajar con un alumno cuya personalidad ya está formada y propone tres niveles de trabajo para la formación de la motivación profesional:
Gessa Gálvez (2007), significa que las carencias formativas en los docentes obstaculizan el desarrollo de la motivación profesional en los alumnos y considera la necesidad de compensar la formación inicial del profesorado como parte de su preparación continuada como una vía superior de tratamiento del tema de la motivación profesional de los alumnos.
Conclusiones
A modo de resumen puede afirmarse que el enfoque histórico cultural brinda una base de gran utilidad para encarar los problemas de la orientación profesional en la actualidad y la búsqueda de solución a los retos y problemas que ésta plantea.
Partiendo de un enfoque histórico cultural del desarrollo humano puede integrarse dialécticamente lo externo- manifiesto en la influencia determinante de la educación- al desarrollo de los intereses hacia una profesión determinada. Desde esta óptica puede entenderse que el sujeto –si las condiciones de vida y educación lo propician- llegue a desarrollar niveles superiores de regulación y autorregulación, o sea, alcanzar la autodeterminación de su actuación profesional.
Desde este precedente puede entenderse la necesidad de organizar las diferentes situaciones educativas de acuerdo al nivel de desarrollo real del educando para llevarlo progresivamente al desarrollo de todas sus potencialidades.
La Orientación Profesional como proceso complejo de educación de la motivación profesional de la personalidad se inicia desde edades tempranas, transcurre durante la vida escolar y no culmina con el egreso del estudiante de la universidad. Ella se extiende durante toda la vida laboral y posibilita el continuo proceso de renovación de los intereses en el área de la profesión, posibilitando una reorganización sistemática de sus potencialidades para adaptarse a nuevas situaciones, sortear circunstancias adversas o ser creativos al solucionar problemas profesionales.
Fuente: Eumed
El término que ahora nos ocupa tenemos que dejar patente que está conformado por dos palabras que tienen su origen etimológico en el latín. La primera de ellas, orientación, procede del verbo oriri que puede traducirse como “nacer”. La segunda, vocacional, por su parte emana de otro verbo latino: vocare, que es sinónimo de llamar.
Orientación vocacional
La orientación vocacional es un conjunto de prácticas destinadas al esclarecimiento de la problemática vocacional. Se trata de un trabajo preventivo cuyo objetivo es proveer los elementos necesarios para posibilitar la mejor situación de elección para cada sujeto.
La orientación vocacional puede concretarse de forma individual o grupal, ya que supone actividades ligadas tanto a la exploración personal como al análisis de la realidad a través de información sobre la oferta académica y las particularidades del mercado laboral.
Por lo general, los destinatarios de la orientación vocacional son los adolescentes que se encuentran próximos a la finalización de sus estudios secundarios. De todas formas, también puede estar dirigida a estudiantes universitarios, jóvenes en general y hasta a adultos insertados laboralmente, que evalúan la realización de formación de postgrado.
Lo más frecuente es que para ayudar a los jóvenes, sobre todo, a encontrar esa vocación y ese camino profesional es que se utilicen, por parte de orientadores o pedagogos, una serie de herramientas tales como los conocidos test de orientación vocacional. Se trata de cuestionarios que están conformados por una amplia lista de actitudes que son vitales en diversas profesiones y ellos deben elegir mediante cuatro parámetros (nada, poco, bastante o mucho) el interés que tienen en las citadas.
Así, por ejemplo, una de las actitudes que se pueden incluir en dichos test es sobre qué biografía le interesa más leer. Una cuestión a la que mediante los citados parámetros deberá responder mediante las opciones que se ofrecen: la de un médico, la de un empresario, la de un arquitecto o la de defensor de la naturaleza.
No obstante, además de este test que ayuda a conocer las habilidades propias del individuo, también se suele emplear otros instrumentos para llevar a cabo la mencionada orientación educativa. Así, se hace uso de todo tipo de información sobre las opciones educativas existentes, cómo se encuentra el mercado laboral, las carreras universitarias con más salidas profesionales…
Cabe destacar que la búsqueda vocacional es una tarea personal donde cada individuo debe reconocerse como protagonista, pero contando con los recursos necesarios para favorecer y enriquecer esa búsqueda.
En este sentido, hay que tener en cuenta que la vocación no es algo innato, sino que se desarrolla en el plano de la acción, el conocimiento y la convivencia. Al adquirir diversas experiencias de modo consciente e inconsciente, el sujeto se convence de que puede elegir por sí mismo.
Los profesionales que asisten en la orientación vocacional deben descubrir la singularidad de cada persona y acompañar su decisión, sin olvidar que la tarea implica una responsabilidad para ambas partes. La investigación sobre la historia personal, los gustos, las preferencias y las aptitudes son claves en el proceso.
Fuente: Definicion.de
Elegir una profesión es una de las decisiones más importantes que se pueden tomar ya que repercute en todos los aspectos de quien la toma, en el ámbito familiar, en el económico, psicológico y laboral.
Es por eso que la Universidad de Guadalajara a través de la Coordinación de Servicios Estudiantiles, se ha dado a la tarea, como cada año, de organizar la XI Expo-profesiones. En rueda de prensa, Judith Margarita Nápoles, encargada del área de Orientación Vocacional CSE de la UdeG, anunció que este 08 y 09 de septiembre se brindará información de la oferta educativa a todo el que lo requiera y asista al evento.
Margarita Nápoles recordó que son los estudiantes los que deben decidir su profesión, y no los padres, ni familiares, ni el grupo de amigos. “Para que un chico elija una carrera es necesario que conozca sus habilidades e intereses. Muchas veces los estudiantes son influenciados por terceras personas, otras por el factor económico o porque la carrera está de moda, pero la única razón válida es la de saber para qué son buenos, tomando en cuenta su personalidad, habilidades, aptitudes, conocimiento y expectativas”.
Señaló que según cifras del servicio Nacional del Empleo las carreras con mayor número de profesionistas ocupados son Administración con 657 mil 689; Contaduría y Finanzas con 640 mil 082 y Derecho con 532 mil 254.
No obstante, dijo, no todos los profesionistas de estas carreras se ocupan en actividades afines a sus carreras. En este primer trimestre de 2009 más del 30 por ciento de los profesionistas ocupados en las áreas Económico Administrativas, Ingenierías, Ciencias Sociales y Ciencias Biológicas, trabajan en ocupaciones que no son acordes con su formación profesional.
Por su parte, Edgar Pulido Chávez, jefe de la Unidad de Bienestar Estudiantil de la UdeG, señaló que desgraciadamente muchas veces el factor de la solvencia económica es el que influye directamente en la deserción de las carreras, ya que el estudiante abandona la Universidad para irse a trabajar.
Indicó que debido a esto la Universidad en su desarrollo institucional ha trabajado en construir planes de estudio que van dirigidos hacia los nuevos espacios y nuevos contextos de desarrollo y señaló que en los últimos años debido a las necesidades de la región han surgido nuevas carreras.
Informó que las nuevas carreras con mayor demanda en la UdeG son: la licenciatura de Ciencia de los Alimentos, la licenciatura en Comunicación Pública, y la de Administración gubernamental y políticas públicas.
Fuente: UDG
Consultado a dos expertos en el área profesional y laboral, obtuvimos información muy importante para los profesionistas.
Revista Universo laboral nos dice por ejemplo que los estudiantes por no enfrentarse a las dificultades de una ingeniería o algún otra carrera que tenga que ver con las matemáticas eligen una "más sencilla", pero esto a su vez provoca la saturación en un área y en el plano laboral.
Por su parte, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), afirma que en México existe una falta de empleo para los egresados de más de 41 licenciaturas debido a que una de cada 3 carreras registra una saturación
Estos datos pueden parecer insignificativos pero nos dan un panorama del futuro profesional y laboral, asi que el desafío de escoger la carrera correcta es importante, pues en nuestro país el 37% de los profesionistas se dedican a trabajos que no tienen nada que ver con lo que estudiaron.
Tanto el portal de revistauniversolaboral.com como trabajando.com coinciden en que las carreras con mayor demanda en las universidades, aquellas en las que se concentra más del 40% de la matrícula son Contaduría y Administración de Empresas.
Esto se debe a que siguen siendo necesarias para muchas empresas, pues son fundamentales para hacer presupuestos, medir costos, y contratar créditos.
Por su parte revista universo laboral continúa con la lista donde están incluidas las carreras de:
Un dato interesante es que el número de personas inscritas en éstas diez carreras ha venido disminuyendo, ya que en los años 2006-2007, el 49% de toda la matrícula universitaria a nivel nacional estaban inscritos en alguna de ellas.
Fuente: Profesiones
Río Grande. Muchos jóvenes entran a la universidad sin tener claros sus objetivos profesionales, por lo que algunos consideraron que es necesaria e indispensable la orientación vocacional previa.
Roberto, entró a estudiar Ingeniería Industrial porque varios de sus mejores amigos se inscribieron ahí, y durante los dos primeros semestres se la pasó con ellos para un lado y para otro “tirando flojera”, comentó.
Narró que en sus clases no le iba bien, y a duras penas hacía los trabajos, además tenía colgadas varias materias, “estuve a punto de tirar la toalla, hasta que de la misma escuela me llamaron de la oficina de orientación psicosocial para examinar mi caso”.
El joven entró a la universidad para seguir a sus amigos y no porque tuviera clara su vocación, pero tras la guía que recibió decidió seguir en la carrera y cambiar de actitud con sus camaradas y ante la institución; ahora tiene más claro su futuro, aseveró.
En tanto, María Luisa se matriculó en esta misma carrera con la convicción de que “como ingeniero industrial se consigue trabajo más fácil y en cualquier cosa”, por lo que la orientadora psicosocial determinó que su vocación no está clara y, además, su historia con las matemáticas del bachillerato no es muy buena, por lo que continúa con la guía.
Ambos son sólo un ejemplo del alto índice de estudiantes riograndenses, que entran a la universidad sin una adecuada orientación; se inscriben porque a esa institución entraron sus amigos, porque los papás les dijeron qué estudiar y no les apoyarán con dinero sino en determinada carrera, o porque la escuela “es muy bonita”, “tiene prestigio” y con un título otorgado por ella “consigue trabajo”.
Finalmente, los jóvenes expusieron que todas las instituciones de nivel medio superior deberían ser más insistentes al ofrecer orientación vocacional, para evitar que posteriormente no se dé el ancho o los muchachos decidan abandonar sus estudios y los gastos de los padres sean en vano.
Fuente: ntrzacatecas
Lo primero hay que aclarar que la "vocacional" es el bachillerato que se imparte dentro del IPN, es un bachillerato con modalidad bivalente, es decir.... porque al concluir tendrás conocimientos tecnológicos en alguna carrera técnica, y porque abras adquirido conocimientos de bachillerato general, para continuar tus estudios profesionales si así lo decides. Segundo punto importante, el nombre de "vocacional" fue un nombre común que se le dio durante algunos años a este bachillerato, pero a partir de una reforma educativa en 1971 se llaman CECyT´s (Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos) pero es más común decirles las "vocas" Esta modalidad de bachillerato únicamente se estudia dentro del mismo DF, porque no hay vocacionales en el interior de la república. Son 15 planteles de CECyTs, ubicados en distintos puntos de la ciudad de Mexica, y un CET (Centro de Estudios Tecnológicos) - - >también es vocacional pero varia en el nombre, por cuestiones ya de leyes educativas** pero es lo mismo. Otra cosa muy importante, las vocacionales se dividen en tres ramas del conocimiento, según la carrera técnica que desees cursar.
1.- Rama de Físico - Matemáticas (CECyT´s N° 1,2,3,4,7,8,9,10,11 y el CET)
2.- Rama de Medico – Biológicas CECyT´s N° 6,15
3.- Rama de Sociales Administrativas CECyT´s N° 5,12,13,14
Como te das cuenta predominan las vocacionales de ciencias físico - matemáticas.
En cuanto al plan de estudios, se divide así:
**Materias Humanísticas** (son materias q llevas en su MAYORIA normalmente en el tronco común 1° y 2°semestre como inglés, comunicación, biología, historia y son materias q se llevan en cualquier otro bachillerato ya sea público o particular, de ahí su importancia de cursarlas y eso si, son para las tres áreas del conocimiento ya sea de biológicas, de sociales o de físico - matemáticas)
**Materias Básicas**(son materias q tienes q cursar durante los semestres que estés en vocacional, como FISICAS, QUIMICAS, y MATEMATICAS I,II,III y IV) como en el caso de las materias anteriores, son materias q llevas a fuerza sea el área en q vayas.
**Materiales Tecnológicas** (Estas materias son las q le dan el sabor a la vocacional y su distinción de otro bachillerato, porque son materias q llevas según el perfil de tu carrera técnica, es decir son especializadas).
Otro punto importante durante el primer y segundo semestre llevas tronco común, a partir del tercer semestre eliges carrera q la cursaras hasta sexto semestre, y algo muy importante cuando ingreses a superior, tienes la ventaja de q puedes ingresar a otra carrera totalmente diferente a la que hayas estudiado en vocacional, o bien perfeccionarte en esa carrera pero a nivel profesional esa es tu decisión. Ejemplo: Alguien q haya estudiado en vocacional técnico en ecología, no necesariamente tiene q estudiar Ing. Ambiental en la Superior, si no q puede elegir alguna otra carrera, ya sea en el mismo IPN o bien ingresar a otra institución, porque es válido este bachillerato en todo el país. En cuanto al pase directo NO HAY a la superior, porque aun así tenemos q registrarnos para ingresar a una superior del politécnico, pero eso si, por experiencia te lo digo, si eres egresado de vocacional, a nosotros son a los que nos dan preferencia, como quien dice tenemos lugar asegurado, por lo que hay que luchar y hacer el examen es para asegurar la carrera profesional que deses.
Eso sí, no te fíes que al concluir la vocacional, ya vas a tener por arte de magia tu título de técnico y tu cedula, eso es otro boleto, porque si así lo deseas y es tu gusto tienes que cubrir los requisitos de titulación correspondientes, por mientras solo eres pasante de técnico.
Visita la página www.ipn.mx para más informes de las “vocas”.
Fuente: Yahoo respuestas.
Abrirse camino en una ciudad extranjera siempre es difícil. Bajo esa premisa, tres jóvenes fundaron la empresa HelloFlatMate, de alojamiento para Erasmus. Un desafío en tiempos de crisis
Pintar paredes, comprar muebles y montarlos después. Acondicionar casas, hacer números y levantar con mucha ilusión HelloFlatMate, una empresa de alojamiento para estudiantes Erasmus que ya da trabajo a casi una decena de personas.
Alberto Borrás, Lorenzo Valero y Borja García Fuster. Jóvenes multitasking, luchadores y, sobre todo, emprendedores. El orden de los factores de esta ecuación valenciana no altera el producto, un producto pensado desde cero, innovador y diferente.
Porque marcar la diferencia es para ellos lo que garantiza tener un trabajo con el que soñar todos los días. Por eso, y siguiendo la idea que Alberto tuvo tras observar lo difícil que es abrirse camino en una ciudad extranjera, estos tres jóvenes crean HelloFlatMate.
Disponibles 24 horas
A través del registro en una completa página web, el estudiante Erasmus recibe toda la información necesaria para empezar su estancia en Valencia desde 0. Se estudian sus gustos, preferencias y todo lo necesario para que sólo tengan que preocuparse de estudiar.
Se podría pensar que esta empresa no es más que un sistema de alquiler de vivienda pensada por y para jóvenes. Todo lo contrario. Alberto, Lorenzo y Borja han implantado un nuevo sistema de gestión de propiedades a través del alquiler, pues su empresa gestiona de manera eficiente las propiedades de terceras personas. «Imagina que un propietario quiere alquilar su casa. Si es necesario, nosotros la acondicionamos y la dejamos perfecta para ofrecer sus habitaciones a estudiantes», explica Borja, encargado de la comunicación en HelloFlatMate.
Es ahí cuando, a través del registro en la web y de las preferencias de cada estudiante, se elige el hogar más adecuado para él. «Nosotros actuamos de intermediarios, sin que el propietario se preocupe de nada», añade. «Cuando surgen los problemas, somos nosotros quienes respondemos. Tenemos establecido un sistema de guardias por el que alguno de nosotros tres siempre está localizable. Una queja de vecinos, una fiesta, una cañería… Cualquier cosa».
Con el tiempo, estos tres emprendedores han añadido nuevos servicios a la empresa. «Siempre estamos pensando cómo podemos continuar marcando la diferencia», asegura Lorenzo. Y parece que consiguen marcarla. En el último año han multiplicado por tres su facturación, han firmado convenios de colaboración con las principales universidades valencianas y han puesto en marcha un novedoso servicio de ayuda Erasmus para cuando los estudiantes aterrizan en España.
Paquete de «auxilio»
«El Help Pack trata de convertir lo difícil, en fácil. Basándonos también en nuestras experiencias en el extranjero, hemos diseñado unos packs en los que ofrecemos al estudiante Erasmus teléfono, carné joven, abono transporte de la ciudad, tarjeta sanitaria… Todas esas cosas que para él suponen horas de papeleo, pero que nosotros dominamos por ser de aquí», concluye Lorenzo.
Sin embargo, Alberto asegura que el camino hasta llegar aquí ha estado lleno de obstáculos: «Ser joven emprendedor puede hacer que no te tomen en serio. Nos hemos encontrado con infinidad de problemas simplemente por el hecho de tener menos de 30 años. Pero tienes que ser persistente y no dejar de intentarlo».
Como ellos, cerca de 8.000 jóvenes menores de 25 años en toda la Comunidad Valenciana han optado por plantarle cara a las cifras del paro y emprender su propio negocio, desafiando a la crisis.
En lo que se refiere al territorio español, cerca de 50.000 jóvenes luchan cada día por mantener vivos sus sueños empresariales. El propósito para este año que acaba de comenzar de Alberto, Lorenzo y Borja también está relacionado con crecer. Llevar HelloFlatMate a Madrid y Barcelona es su meta.
Fuente: Gonzoo
¿Cómo pasar de empleado a emprendedor? Reinventarse como emprendedor es un posible camino, no es una obligación ni es “la solución al paro”, es una alternativa, una opción más en la vida profesional. No se trata de abandonar un puesto de trabajo para embarcarse en una aventura idealista, ni de desistir en la búsqueda de un trabajo por cuenta ajena sino se considerar también las posibilidades para trabajar por cuenta propia.
Reinventarse profesionalmente implica analizar opciones, experiencias e ideas de negocio muchas de las cuales son accesibles gracias a la visibilidad que ofrece la Red. Para este artículo he seleccionado 100 ideas para reinventarse como emprendedor que sirvan de reflexión, inspiración o información y que he recopilado durante los últimos años, muchas de ellas elaboradas por profesionales emprendedores, inversores, empresarios o consultores de negocio. Las reflexiones que no tienen mención son propias de los contenidos sobre emprendedores publicados en Yoriento.com. ¿Con qué idea os quedáis?
Fuente: Yoriento
Docencia, investigación, gestión y transferencia son mecanismos de compromiso con el medioambiente. Algunos docentes denuncian que la ideología que impera en los centros es la de la competitividad y no la de la conciencia social
Dentro de la labor de responsabilidad social que lleva a cabo la universidad destaca la referida al medioambiente y a su compromiso con la sostenibilidad. En diciembre de 2002, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el periodo 2005-2014 como Decenio de la Educación para el Desarrollo Sostenible y designó a la Unesco como el organismo rector de la promoción del Decenio.
Entre las recomendaciones que se hacían en el documento se encontraban la de fomentar la paz, luchar contra el calentamiento global, reducir las desigualdades, combatir la pobreza, la marginación... «La declaración es muy clara: si la universidad va cumpliendo los objetivos que vienen ahí, ya estará comprometida con el desarrollo sostenible, pero no lo hace», lamenta el profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de Segovia, Luis Torrego. «La ideología que impera en todas las universidades es la competitividad y el aumento de la productividad y eso no es compatible con la sostenibilidad».
Sin embargo, para el presidente de la Comisión Sectorial de Calidad Ambiental, Desarrollo Sostenible y Prevención de Riesgos (CADEP), Fernando Galán, las universidades están «cada vez más comprometidas» con este ámbito, al igual que lo está «la sociedad en general». «Creo que nuestro principal reto es sensibilizar a la comunidad universitaria y, por extensión, a todo nuestro entorno, sobre la necesidad de emplear en nuestro día a día políticas medioambientales sostenibles. Y debemos hacerlo predicando con el ejemplo», señala.
A este respecto, la catedrática de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de Valencia, María Antonia García, asegura que para que las universidades asuman su implicación en el desarrollo sostenible «deben empezar por redefinir su misión, su visión, sus valores y el alcance de su compromiso». Señala, además, que es necesario que las instituciones entiendan que «se trata de un enfoque de dirección universitaria cuya implantación supone un compromiso estratégico, un nuevo sistema de gestión interno y una mayor transparencia y rendición de cuentas».
Agentes del cambio
Así, la universidad cuenta con cuatro canales en los que trabajar y participar como agente activo del cambio. Estos serían tanto la docencia como la investigación, pasando por la propia gestión de la universidad y su trasferencia al entorno.
«Debemos actuar con criterios de eficiencia energética y hacer una labor pedagógica con toda la comunidad universitaria y con nuestro entorno. Es importante incorporar, también, la idea básica de sostenibilidad en el currículo académico, como contenido transversal de cualquier estudio universitario», apunta Galán. «También podemos impulsar iniciativas concretas que contribuyan a mejorar la calidad del medioambiente y fomentar la creación de grupos de investigación o de cátedras que tengan como objetivo políticas medioambientales».
Lo real y lo aparente
Para Vicente Manzano, doctor en Psicología y profesor de la Universidad de Sevilla, «se ha avanzado mucho» en lo que se refiere al análisis y la denuncia de la situación; sin embargo, en el ámbito de la gestión y la trasferencia «queda mucho camino por recorrer».
De hecho, en ese camino, según Torrego, muchas universidades se colocan la «etiqueta» de comprometidas con el medioambiente «sin que haya una actividad real: se hace para dar una imagen», afirma, aunque reconoce que, «afortunadamente, hay sectores universitarios que se van implicando en la materia».
La Orientación Vocacional (OV) viene del latín vocare que significa llamado o acción de llamar, por lo tanto se entiende como “llamado hacia un determinado fin o destino”.
Es la intervención que se realiza en el campo de lo vocacional tendiente a acompañar a las personas en el proceso de elección de estudios, profesiones, ocupaciones y/o trabajos.
Hoy en día es posible que los estudiantes se pregunten ¿para qué me sirve la (OV)?, o ¿por qué debo cursar esta materia ahora que tengo tantas responsabilidades escolares?
En la actualidad podríamos argumentar una serie de razones para resolver esas preguntas; sin embargo lo más conveniente es que el estudiante desarrolle sus intereses, habilidades y capacidades, por lo que la asignatura le ayudará a identificarlas, para que pueda elegir correctamente o acertadamente su elección vocacional.
Cada persona tiene su propio deseo de realización personal en diferentes ámbitos de su vida. Como el familiar, el afectivo, el social, el económico y el profesional. Para que esto se haga realidad la materia de (OV) establece un compromiso con los alumnos, para realizar acciones que lo conduzcan a una buena toma de decisiones en cuanto a su perfil profesional que le permitirán incorporarse a la vida social en general y a la laboral en lo particular.
Todo lo anterior lo llevará a tener una realización personal.
Fuente: UAEH
Características esenciales y forma de tratamiento
Muchos jóvenes adoptan una actitud pasiva ante el presente y su futuro profesional, pues su comportamiento está excesivamente influido por las situaciones actuales – determinismos socioeconómicos – que conforman su experiencia. Otros, sueñan y están anclados en proyectos irreales que tienen poco que ver con sus circunstancias. Todos manifiestan su estilo personal ante las diferentes situaciones de elección que se presentan a lo largo de su vida.
La elaboración del proyecto profesional se concibe como una construcción que realiza la persona en función de sus necesidades, motivaciones, informaciones y experiencias. Ayudar al joven en esta construcción vocacional significa cuestionar sus deseos, plantear objetivos, tomar conciencia de sus recursos..., desarrollar su madurez vocacional como un proceso continuo que va a prolongarse durante la vida adulta.
La relación entre lo que lo que soy y lo que quiero ser, la realidad y la posibilidad, permite la construcción de mi proyecto personal.
La orientación vocacional es un proceso de ayuda a los jóvenes, que plantea los retos inherentes a su inserción en la profesión y que conlleva la adquisición de los conocimientos, destrezas y habilidades necesarias para su socialización laboral.
La complejidad del mundo laboral, asociada a los contextos socioeconómicos y culturales, constituye un factor de incertidumbre en la elección de los itinerarios formativos. Por ello, las administraciones educativas han reconocido la necesidad de la orientación profesional y vocacional y han dado un nuevo impulso al asesoramiento vocacional en las diferentes etapas educativas, fundamentalmente en la Educación Secundaria, creando los Departamentos de Orientación en los centros educativos.
La orientación vocacional es una actividad que contribuye al desarrollo de actitudes, competencias y aptitudes de la persona para enfrentarse a la vida y al trabajo:
Las investigaciones sobre el desarrollo de la carrera han seguido varios modelos teóricos, respondiendo a las etapas de la vida de una persona. Estos estudios concluyen que:
· Cada cual tiene la necesidad personal de interpretar y construir la propia identidad profesional.
· El proceso de construcción supone una búsqueda del sentido de sí mismo en interacción con el entorno.
· La concreción de acciones individuales conducen a la mejora de las condiciones de vida e integración social.
· El proceso de enseñanza y aprendizaje es básico en el proyecto profesional.
· La ayuda de un profesional en orientación vocacional es fundamental en la exploración y organización de las experiencias personales.
La disposición y las acciones para hacer frente a las tareas vocacionales se le denomina conducta vocacional. El joven se apoya en o se dirige hacia un entorno social adulto. La conducta vocacional es un proceso evolutivo que aunque aparece en los primeros años escolares se hace visible con rotundidad en la adolescencia, como respuesta a una demanda inespecífica de carácter social, acompaña durante la juventud y en la madurez y declina hacia la jubilación (Rivas, 1995).
La explicación de la conducta vocacional en el modelo de Desarrollo de carrera (Crites, 1978) se basa en cuatro factores de grupo, cuyos contenidos contemplan:
1º. Consistencia de las acciones: tiempo, nivel educativo, familia
2º. Realismo: intereses, habilidades, personalidad y clase social.
3º. Competencias de elección: información, planificación, selección de metas, resolución de problemas y autoevaluación.
4º. Actitudes de elección: preferencias, compromiso, independencia e implicación.
Comentaremos, por último, la existencia de gran cantidad de materiales informativos de autoayuda que pueden ser de utilidad en determinados momentos.
Las necesidades detectadas en cada joven deben preocuparnos porque inciden en el desarrollo de su carrera. La orientación dará prioridad al desarrollo cognitivo y afectivo del joven buscando su actividad y capacidad de resolver los problemas planteados con iniciativa personal. Los componentes básicos de mejora serían:
- La identidad personal
- La búsqueda de información apropiada y actualizada sobre estudios y profesiones
- La aproximación al mundo del trabajo: recursos
- El diseño de la planificación de la carrera
- La práctica de la toma de decisiones en los componentes competenciales y actitudinales
El proceso de orientación vocacional requiere de ayuda individualizada en situaciones de incertidumbre, desestructuración personal o en casos de problemática social. La integración psicológica de actividades facilitará la autonomía del joven en su propio proceso de orientación y le permitirá una eficaz evolución.
En tales casos, los profesionales de Apunto, con amplia experiencia en el campo de la orientación vocacional, pueden darle esa ayuda.
Fuente: Amejor
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